El escaso inventario, la ferviente competencia y las enormes subidas de precios llevan tiempo maltratando a los compradores, casi desde 2020, pero ahora el rápido aumento de los tipos hipotecarios, como indican los propios prestamistas, está dificultando aún más la compra de una vivienda asequible.
La situación actual
Para muchos compradores, las tasas hipotecarias más altas significan que ya no pueden permitirse casas en rangos de precios específicos. El problema es que incluso las viviendas unifamiliares modestas cuestan tanto como las del siguiente nivel de precio de hace unos años, por lo que muchos compradores están atrapados, ya sea esperando que haya más oferta o mudándose a áreas más asequibles. Y hay muchos más que esperan que los precios bajen, pero puede que eso no ocurra pronto.
Algunos datos adicionales:
- Los precios de la vivienda subieron entre un 5% y un 8% entre el primer trimestre de 2021 y el primero de 2022, según el último informe.
- El aumento de los tipos de interés de las hipotecas se sumó al coste de la compra de una vivienda, ya que subieron mucho en marzo y abril; sin embargo, esos grandes picos podrían estabilizarse.
Sin embargo, estos costes más elevados están ejerciendo presión sobre el mercado de la vivienda. A medida que nos adentramos en la temporada de verano, típicamente activa en la compra de viviendas, los expertos opinan sobre lo que podemos esperar de los precios y los tipos.
¿Debe comprar una casa ahora o esperar?
La compra de una vivienda -en cualquier mercado- es una decisión muy personal. Dado que la vivienda representa la mayor compra que la mayoría de la gente hará en su vida, es fundamental tener una posición financiera sólida antes de lanzarse a ella.
Empieza con un presupuesto y haz un pacto contigo mismo para cumplirlo. En el mercado actual, es posible que aún te encuentres en una guerra de ofertas, pero eso puede ser peligroso, ya que es tentador querer conseguir una casa a toda costa, lo que podría terminar rompiendo tu presupuesto.
Y con un inventario limitado, con poca oferta, algunos compradores podrían hacer más concesiones de las que harían en un mercado equilibrado, y acabar con una casa sobrevalorada que no satisface sus necesidades.
El problema es que no puedes devolver la casa si te das cuenta de que has pagado de más o has comprado un lugar que no te gusta. Los gastos de venta y de compra de una casa pueden suponer hasta un 10% del precio de venta de la casa, por lo que podrías acabar perdiendo dinero si cambias de idea y la revendes.
